EL ORO ESPAÑOL QUE SE FUE PARA MOSCÚ
El 13 de septiembre de 1936, mediante decreto reservado refrendado por el Presidente de la República Manuel Azaña, y el gobierno presidido por Largo Caballero, autorizaba al Ministro de Hacienda, el también socialista Juan Negrín López, a ‘trasladar’ las reservas de oro, plata y papel moneda del Banco de España, a un ‘lugar de máxima seguridad’: a la Unión Soviética. Tan seguro era que del tesoro nunca más se supo, gracias a ese innombrable triunvirato… En casi un mes se extrajeron 10.000 cajas de sesenta y cinco kilos de peso cada una, portadoras de oro en lingotes y monedas. Las cajas fueron transportadas a Cartagena, depositándolas en los polvorines de Algameca. El 25 de octubre de 1936 se presentó en Cartagena, Francisco Méndez Aspe que con el consentimiento de Negrín, ordenó el envío de 7.800 cajas (510.075 toneladas de oro) hacia el puerto de Odessa, en los buques “Neva”, “Kim”, “Kursk” y “Volgoles”. Una vez arribada la “mercancía” al puerto ruso, se llevó por vía férrea a Moscú, donde fue entregada al Banco del Estado de ésta ciudad. Años más tarde, el propio Prieto reconocía que había sido un “desfalco descomunal”. Stalin celebró con un gran banquete en el Kremlim la captura del oro de España, manifestando que: «Los españoles nunca volverán a ver su oro».
Téngase en cuenta que las reservas del Banco de España ocupaban el cuarto lugar en la clasificación mundial después de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
Esta desafortunadísima decisión fue tomada de la forma más oscura por esos tres ministros socialistas: Largo Caballero, Indalecio Prieto y Juan Negrín. Así se consumó una de las más tristes y vergonzosas operaciones de la Historia de España.
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