19.2.10

POEMA DE ALFONSO USSÍA A zp

POEMA DE ALFONSO USIA A ZP:
Dormía el conde Rodríguez
acostadito en  la su cama:
La pierna izquierda encogida,
la diestra, más  estirada.
(la otra pierna, la de enmedio…
es costumbre no  mentalla).
Dormía plácidamente:
Hay que ver lo que roncaba,
so  la lana del embozo
de su manta zamorana.
Y la condesa Sonsoles ,
que al su lado estaba echada,
roncaba un aria da capo
que ni  la María  Callas…
Y antes de que cante el gallo…
(que lo  suele hacer al alba,
porque sepan las gallinas
quién les canta y  quién les manda....)
con el rostro demudado,
¡Don Rodríguez  despertaba! :
'¿Qué es aquesto? -diz Rodríguez-
¿Quién mi sueño  sobresalta?
¡A mí la guardia moruna
del Ministro Rub-al-Kaaba!'
Avanzando entre las sombras
que rodeaban la su cama…
ve que  crece, ve que avanza…
la silueta recortada
de un espectro, de un  fantasma…
¡Vive Dios que miedo daba!
Entre nubes de sulfuro
y  otras de canela en rama,
a los pies de Don Rodríguez
el espectro  da la cara:
Va vestido de uniforme,
calzón corto, con polainas…
y, esparcidas por el pecho,
quien en ello se fijara…
no verá  que lleve estrellas,
sino bujeros de bala.
Lleva gafas redonditas
-las que John Lennon llevara-
y así… visto desde lejos,
se da  un aire con Azaña.
Noble porte, talle recio,
cabellera ya  entrecana…
Y quién es y a qué ha venido,
allí mesmo lo declara:
'¡Yo me llamo Juan Rodríguez :
soy tu abuelo… noramala.
Y aquí  vengo por decirte
cuatro cosas a la cara!'
-'¿Tú, mi abuelo  idolatrado,
aquél que Franco matara?
¿Tú, la víctima primera
de entre todas las de España? '
-' ¡Ese soy… y menos coba! '
-' ¡A mis brazos, camarada! '
-'¡Quita allá!… Menos abrazos,
que de mí no sabes nada:
Si supieras, no le harías
lo que  estás haciendo a España'
-'Abuelito fusilado…
¿No será que estás  de guasa?
¿No te dieron matarile
los del trapo rojigualda?
Pues que sepas que tu nieto
-que por algo es el que manda-
va  a volver a la contienda
otra vez las dos Españas:
¡Y esta vez  verás, abuelo…
que es la nuestra la que gana!
¡Una España  progresista,
federal-republicana,
asimétrica y cubista
de la  noche a la mañana!'
El abuelo fusilado
mírale y no dice nada…
Mírale muy fijamente,
con su cara de fantasma,
una cara que  parece
que es de cera, por lo blanca…
Y por ella, mansamente,
una lágrima resbala
(que la cara, según dicen,
es el espejo  del alma...)
Ya son setenta los años
que llevo criando malvas
en el cielo del Olvido,
y no sé lo que me pasa…
pero me llena  de rabia
que mi muerte y la de tantos
no sirviera para nada.
Allí estamos a millares
los que la guerra matara…
con su  poquito de gloria,
con su poquito de infamia.
Padres, tíos y  sobrinos,
abuelos de media España.
Allí todos somos uno…
ya no  hay rojos, ya no hay fachas,
vencedores ni vencidos…
Sólo queda la  enseñanza
de saber que el fanatismo
es quien miente y es quien  mata.
Otros muertos más recientes
pueden dar de ello palabra…
(y no veo que por ellos
se te mueva pie ni pata)
Ese es todo  mi mensaje,
mi mensaje de fantasma:
No nos metas a los muertos
de comparsa en la tu causa...
No te cuides de los muertos…
cuídate de los que matan,
los que han hecho de la muerte
su  más próspera jugada.
Ahí te quedas, Don Rodríguez…
Ahí te quedas  en tu cama.
Yo me voy al otro barrio,
que el de aquí me rompe el  alma.

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