15.4.12

PICOR DE PIEL


Nos referimos a los cotidianos y normales, que no sean producto de una enfermedad.

Es uno de los gestos más repetidos. Todos los días nos rascamos. De repente nos asalta un cosquilleo incómodo que nos genera ansiedad. Nos llevamos la mano hacia la zona de nuestra piel que nos pica y nos frotamos.


Entonces, el cosquilleo cesa. “El picor se produce por la liberación de sustancias (entre ellos, la histamina) por algunas células del sistema inmune. Éste interpreta ciertos estímulos como una agresión y activa este sistema de alarma”, explica a RTVE.es Carlos Goicoechea, profesor de farmacología de la Universidad Rey Juan Carlos.

Los desencadenantes del picor son de lo más variado. “El roce de un tejido, determinados tipos de fármacos o alguna sustancia que nos produce alergia”, comenta.


Hasta hace bien poco se pensaba que el picor era una ‘casi’ sensación de dolor. Que las mismas neuronas que gestionan el dolor se encargaban también de hacer sentir picor. Que el picor era un dolor que no llegaba a serlo, un dolor frustrado. Ahora se sabe que hay unas neuronas específicas para detectar el picor.

Neuronas específicas del picor

Fue en 2007 cuando un equipo de científicos de la Universidad de Washington, liderados por el anestesiólogo, psiquiatra y biólogo del desarrollo Zhou-Feng Chen, descubrió que existen neuronas específicas para el picor, células nerviosas dedicadas en exclusiva a gestionar esta sensación


El estudio lo publicó la revista Science. Desactivaron en algunos ratones un gen que codifica el receptor GRPR, directamente implicado en la recepción del picor.

Comprobaron que sin él, los roedores se rascaban un 80% menos que sus congéneres con el gen activado. Y, en cuanto al dolor, lo sentían por igual ambos grupos de ratones. En definitiva, este gen contenía la información para la síntesis de los receptores del picor.

Los estímulos que producen el picor los recogen fibras nerviosas (neuronas del picor) situadas en la piel, envían la señal, a través de los nervios por la médula espinal hasta el cerebro. Allí, las neuronas específicas nos hacen conscientes de que nos pica.


También hay neuronas que detectan simultáneamente dolor y picor. “Por eso, a veces el cerebro no discrimina entre dolor y picor”, señala.

¿Por qué rascar alivia el picor?

Para calmar el picor nos rascamos. “Al rascarnos estimulamos las fibras mecánicas. Este estímulo comparte ruta con el picor y cierra la puerta de entrada del picor a la médula espinal. Así, la señal no llega al cerebro”, apunta Goicoechea.


Rascarse reduce las emociones desagradables

En 2008 científicos de la Universidad Wake Forest en Winston-Salem (Estados Unidos), dirigidos por el dermatólogo Gil Yosipovitch, analizaron mediante imágenes de resonancia magnética lo que ocurre en el cerebro cuando nos rascamos.


Los investigadores rascaban en la pierna a los participantes con un pequeño cepillo durante unos 30 segundos y se detenían durante otros 30, así durante cinco minutos.

"Para nuestra sorpresa, descubrimos que algunas áreas del cerebro asociadas con emociones y recuerdos desagradables se volvían menos activas mientras rascábamos a los participantes. Sabemos que esta acción es agradable, pero no sabemos por qué. Es posible que rascarse pueda suprimir componentes emocionales del picor y proporcionar así alivio", señala Yosipovitch.


Los investigadores reconocen una importante limitación de su estudio: que los rascados con el cepillo se produjeron en ausencia del picor.  Fuente 

2 comentarios:

  1. Nunca te acostarás sin saber una cosa más, ahora estoy en un pica-pica.

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  2. JAJAJA... para que veas... todo tiene su explicación. Nuestra misión es ¡encontrarla!.

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