El Lobo (Canis lupus) pertenece a la Fam.Canidae en el orden Carnivora dentro de los mamíferos
Probablemente las características más distintivas de los animales de este orden son sus largos y puntiagudos dientes caninos o colmillos y sus afilados premolares superiores y molares inferiores. Los carnívoros poseen un sistema digestivo simple y sus garras son normalmente afiladas. Además, sus clavículas son comparativamente pequeñas. Sus cerebros están altamente desarrollados, por lo que estos animales están considerados más inteligentes que la mayoría de los otros grupos.
Además del lobo, la familia de los cánidos también incluye el perro doméstico, el coyote, las distintas especies de chacales y el dingo.
La constitución del lobo indica inmediatamente su capacidad depredatoria. Las 42 piezas de sus fuertes mandíbulas, su amplia caja torácica y sus voluminosos músculos maseteros, que dan a sus ojos esa característica forma almendrada, son fruto de una pragmática evolución al servicio de sus funciones de depredador en la escala trófica.
Un lobo adulto puede tener una longitud de entre 100 y 120 centímetros, y una alzada a la cruz de entre 60 y 70 centímetros. El peso varía entre 30 y 50 kilos, aunque se han encontrado ejemplares de hasta 75 kg. Las hembras tienen unas dimensiones y peso inferiores a los de los machos.
Las variaciones de tamaño entre unas subespecies y otras pueden explicarse por las diferencias de temperatura de las zonas en las que habitan. Hay una relación inversa entre la temperatura ambiente y el tamaño corporal de un animal de sangre caliente. Aquellos animales de regiones más cálidas tendrán una masa corporal menor que aquellos otros que habitan regiones más frías (Bergman y Allen).
La edad del lobo en buenas condiciones de supervivencia puede alcanzar los 16 años.
Distribución
En todo el mundo existen 32 subespecies del lobo, que se pueden englobar en cuatro grupos: lobos blancos (tundrarum en Alaska, albus en la región ártica europea), lobos rojos (pallipes en las zonas predesérticas de Eurasia), lobos grises (pambasileus en Alaska) y lobos pardos (signatus en la Península Ibérica, lupus en Eurasia). También existen otras especies dentro del género Canis lupus, que acogen a subespecies menores, en Norteamérica y la India.
Actualmente las poblaciones más extensas se encuentras en los Países del Este, particularmente en Rumania, en la región Báltica y Polonia. Las áreas ocupadas en el centro y oeste de Europa, básicamente se corresponden con áreas montañosas con baja densidad humana y que soportan unos agrícolas y ganaderos extensivos, la distribución es muy irregular y las poblaciones se encuentran aparentemente aisladas unas de otras (Península Ibérica, Escandinavia e Italia/Francia).
El número total de lobos que viven en Europa es relativamente alto, aunque sólo seis países mantienen más de 1.000 ejemplares, entre ellos España.
El lobo cuenta en el Estado español con un área de distribución aproximada de unos 100.000 km2, es decir, aproximada la quinta parte del país.
Los lobos poblaban la mayor parte de las tierras al sur de los Pirineos hasta principios de este siglo. Sin embargo, durante los últimos cien años han venido sufriendo una persecución sistemática y una serie de trabas indirectas para el correcto desarrollo de sus poblaciones.
DESTRUCCIÓN DEL TERRITORIO
Los problemas que ocasionan son los derivados de la fragmentación del territorio, que trae consigo la insularización de algunas zonas, lo que representa el paso previo para su extinción.
Se puede hablar de tres tipos de impacto:
- Genético: endogamia y pérdida de variabilidad genética.
- Hibridación: probable con perros a causa de la baja densidad de población.
- Imposibilidad de realizar el efecto rescate. los territorios aislados que pierdan su población por diversas circunstancias no podrán ser recolonizados por poblaciones vecinas. .
Los principales problemas del territorio del lobo serían:
- Repoblaciones, deforestaciones y talas salvajes de habitats.
- Incendios forestales.
- Sobrecaza de animales silvestres.
- Aumento de vallados cinegéticos.
- Aumento de caminos y carreteras locales, cruce de autovías.
- Invasión de vehículos todoterreno.
- Empleo masivo e incontrolado de plaguicidas y agricultura química.
- Subasta de monterias de lobo legalizadas por comunidades autónomas (Castilla y León)
- Caza furtiva permitida por negligencia, no castigada o bien castigada con multas irrisorias.
En primer lugar está la población norteña, que incluye las zonas loberas de las Comunidades Autónomas de Asturias, Cantabria, Galicia y Castilla-León. Sólo en estas dos últimas se concentra el 90 % de todos los lobos de España. Siendo por tanto lógico que sea precisamente en esta población del norte peninsular donde los daños generados por los lobos en la ganadería son más numerosos. Pese a la existencia de dichos daños, en buena parte de estas comunidades no se pagan las necesarias indemnizaciones a los ganaderos afectados, lo que suele ocasionar la realización de númerosas batidas tanto legales como ilegales.
La segunda gran población es la situada entre las Comunidades Autónomas de Castilla-La Mancha, Andalucía y Extremadura. Concretamente la población del lobo en Sierra Morena cuenta con una distribución fragmentada y en fase de regresión, hasta el punto que su extinción definitiva es previsible se alcance durante la próxima década. El principal factor que pone en peligro la conservación del lobo tanto en Sierra Morena (entre Ciudad Real, Jaen y Córdoba) como en la Sierra de San Pedro (Extremadura) es la caza. Esto se debe al coincidir las zonas loberas con grandes fincas de aprovechamiento cinegética, en las que es frecuente su caza en monterías y mediante la instalación de trampas y cebos envenenados.
En nuestro país el lobo ocupa preferentemente zonas serranas o preserranas donde las extensiones de matorral y arbolado son importantes, áreas que están experimentando un importante despoblamiento y envejecimiento de la población humana, donde se mantienen usos agrícolas y ganaderos tradicionales, y en donde existe cierta abundancia de ungulados salvajes( ciervo, corzo y jabalí). No obstante, también es posible encontrarlo en zonas con densidades de humanos relativamente altas (Galicia) y en zonas eminentemente cerealistas con manchas residuales de arbolado (Meseta Castellana)
En las últimas décadas la especie se ha recuperado notablemente en la mitad norte de la Península Ibérica donde mantiene un extensa y continua área de distribución, y además con tendencias claramente expansionistas, mientras las poblaciones del sur, reducidas y aisladas, presentan un futuro incierto.
Mientras que en los años 50 la presencia del lobo era patente en todo el oeste de la Península (no hay que olvidar su presencia en Portugal) más en los Pirineos, un estudio realizado recientemente por el CSIC (Palacios, 1999) revela que al sur del Río Duero (Sierra de San Pedro en Extremadura y Sierra Morena) el último lobo podría haber muerto hacia 1983 y que no existe presencia confirmada ni rastros biológicos de su existencia en la zona oriental de España, aunque es posible que persistan algunos grupos en los Pirineos y el País Vasco
EL LOBO EN GALICIA
Generalizada reducción poblacional del 30% (entre 1975-1995) y tendencia progresiva a la baja constante. En Galicia, tras los estudios realizados en la década de los 90, la información recabada apunta a que existe una población liqeramente creciente en Pontevedra y una situacion favorable en el noroeste de Lugo, aunque de tendencia indeterminada.
EL LOBO EN ASTURIAS Y CANTABRIA
Estabilidad hasta 1995, en el antiguo Parque Nacional de Covadonga existe un único grupo reproductor. La situación del lobo en Asturias ha sido fundamental profundizar en su situación, que parte de la confusión originada sobre la regresión del lobo en el norte de España basda en una supuesta disminución del 40 por ciento de la población asturiana, información difundida en la década de los noventa y que tal como apuntan Blanco y Cortés, se trata de un mito sin ningún fundamento científico, como se demostró con los estudios realizados por varios biólogos en Asturias. Por ejemplo, en un estudio realizado por Borja Palacios, biólogo del Parque Nacional de Picos de Europa, se estimaba que la situación del lobo en esta zona, seguida con detalle desde 1987, mostraba claramente la expansión de la especie en el oriente asturiano. Más recientemente, en 1999, se presenta un estudio realizado por Llaneza y Ordiz que encuentran 21 manadas y aseguran que el área de distribución permanece estable excepto en el Oriente del Principado de Asturias. Estos resultado dan por zanjado el mito de la regresion del lobo en Asturias. También se ha de destacar que los lobos apenas pueden colonizar más zonas de Asturias, ya que se asientan en todas las áreas montañosas y cuando intentan establecerse en las llanuras costeras, densamente humanizadas y con elevada carga ganadera, son controlados.
Continuando en el norte peninsular, la situación del lobo en Cantabria se centra en dos estudios realizados en 1987 y 1997. Como conclusión, el área de distribución en 1987 era muy similar al existente en 1997, aunque la densidad ha aumentado en los últimos diez años, ya que en 1987 se localizaron tres manadas, y cinco en el 97. A pesar de esto, se realiza un severo control para mantener al lobo en densidades moderadas en las áreas montañosas y, la dispersión hacia el norte, fuera de la montana, se corta de raíz eliminando casi a cualquier ejemplar que intente instalarse en zonas con elevada carga ganadera.
EL LOBO EN EL PAIS VASCO Y NORTE DE BURGOS
Su presencia desde mediados de los años ochenta como más o menos regular en la comarca de las Encartaciones, concretamente en el valle de Karrantza, desde 1987, y en menor medida en la sierra de Salvada y valles de Cuartango y Valdegobía. A finales de los ochenta y principios de la década de los noventa, la población de lobos va afianzando y consolidando su aparición en estos nuevos territorios, hasta el punto de que la especie criara probablemente en los montes de Balmaseda en los años 1991, siendo su presencia más regular a lo largo del año en lugares como el valle de Karrantza, Bizkaia, o sierra de Salvada, Álava y Bizkaia. En el año 1995, se ha detectado la presencia temporal del lobo en Aralar. Presencia continua y consolidada en la franja occidental, aunque no hay citas de reproducción. Los datos sobre el lobo en el País Vasco y la parte colindante del norte de Burgos proceden del investigador Sáenz de Buruaga que destaca que, en los últimos diez años, el lobo se ha asentado en el noroeste de Burgos, en concreto, en los valles de Losa, Mena y Montija, donde en 1988 la especie no se había detectado o tenía presencia esporádica. Hasta 1999, no hay evidencias de cría dentro del País Vasco, pero si en el límite de Burgos, Alava. Ese mismo año y en 2000, el equipo de Sáenz de Buruaga recoge pruebas de reproducción del lobo en el País Vasco y en 2001 se conocen dos manadas criando en Álava. A pesar de esto, los datos son anecdóticos, ya que existe una gran conflictividad en la zona que impide prosperar a los lobos en esta Comunidad Autónoma.
En La Rioia no se ha realizado ningún estudio específico sobre el lobo y, aunque es posible que el lobo haya estado presente de forma esporádica desde hace decadas, en el año 2000 las informaciones sobre la especie en esta provincia eran muy contradictorias.
EL LOBO EN CASTILLA Y LEÓN
El proyecto más importante que se ha realizado en esta Comunidad Autónoma es el Diagnóstico de la Situación del Lobo en Castilla y León (2002). Un estudio inédito dirigido por los investigadores Luis Llaneza y Juan Carlos Blanco por encargo de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León y que ha finalizado recientemente. Los datos obtenidos complementan la información aportada en el libio "Ecología, censos, percepción y evolución del lobo en España: análisis de un conflicto", donde también se realiza una radiografía de la situación del lobo en esta Comunidad.
El diagnóstico de la situación del lobo realizado por Llaneza y Blanco establece que en 2001, los lobos ocupan la mayor parte de las provincias de León, Palencia, Burgos, Zamora y Valladolid, además se extiende por gran parte de las provincias de Segovia y Soria, por áreas relativamente reducidas de Ávila y por una pequeña zona de Salamanca. El área de distribución del lobo abarca en la actualidad unos 75.200 km2, un 35 por ciento más de la ocupada en 1988. Si además se añaden los aproximadamente 600 km2 de la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha), se concluye que el área de distribución de la población continua del noroeste de España se ha ampliado en unos 20.300 km2 por el sur.
Zamora: 35 grupos reproductores (1996)
- Sierra de la Culebra Se sitúa entre las comarcas de Aliste y Carballeda-Sanabria, declarada Reserva Nacional de Caza y transcurre desde cerca de Puebla de Sanabria hasta el río Esla. La altura de las cimas de esta sierra es de alrededor de los 1.000 metros, y la más alta con unos 1.200 metros es Peña Mira, en la localidad de Flechas. El este de la Sierra de la Culebra se divide en varias ramas como Sierra de las Carbas, Sierra de las Caverna y Sierra de los Cantadores. Hasta el siglo XVIII tenía extensos bosques de robles y castaños donde llegó a vivir el oso, pero más tarde y por distintas causas se deforestó prácticamente la totalidad de la Sierra. En el transcurso hacia los valles abundan las zonas de matorrales como brezos, escobas y lavanda. Entre las numerosas especies animales que conviven en la Sierra podemos destacar un animal que siempre ha formado parte de la Sierra de la Culebra: el lobo ibérico. Para guardar los rebaños existen una especie de corrales típicos de forma circular hechos de piedra y techos de ramas secas en su borde inclinado hacia su interior, el cual permite la entrada del lobo pero no su salida. Hoy en día en algunas localidades todavía se siguen utilizando(....).
En Burgos se ha ampliado muy ligeramente en el extremo sur de la provincia. En Valladolid, el lobo ha recolonizado la mayor parte de la porción que se extiende al sur del Duero. Gran parte del área de distribución actual del lobo en Soria y todo el área de distribución en Segovia y Avila ha sido ocupada después de 1988. En Salamanca, el área de distribución al norte de la provincia -el de la población continua del norte de España- permanece constante.
En cuanto a la evolución de las densidades de lobo deade 1988, en el oeste y el este de la Comunidad de Castilla y León, que incluye la provincia de León y la mayor parte de las provincias de Zamora, de Palencia y de Burgos, los lobos han permanecido aparentemente estables y no se han detectado variaciones significativas de densidad en áreas extensas. "Si las condiciones ecológicas y sociales permanecen constantes -comentan Llaneza y Blanco- prevemos que esta población se mantendrá relativamente estable en el futuio". Pero hay dos regiones -el norte y el este de Burgos y norte de Salamanca- donde la expansión del lobo se ha estancado durante años a causa de los conflictos con la ganadería extensiva.
La densidad ha aumentado claramente en la llanura cerealista situada al norte del Duero y al sur de este río en Zamora. La zona incluye también la provincia de Valladolid al norte del Duero, el este y sur de Zamora, el suroeste de Palencia y el sur de Burgos. Si las condiciones permanecen constantes, para el futuro próximo se prevé que la población se mantendrá estable, pero si la disponibilidad de alimento disminuye, al reducirse la carroña en el campo, la población puede disminuir en el futuro.
POBLACIONES AL SUR DEL DUERO
Y llegamos a la barrera psicológica del Duero, y a las poblaciones que se han expandido hacia el sur de este río. Según los datos expuestos en el libro de Juan Carlos Blanco y Yolanda Cortés, el lobo se encuentra al sur del Duero en toda la provincia de Zamora y en el borde septentrional de la de Salamanca. En Valladolid, el lobo ha seguido la misma tendencia, la primera manada estable conocida al sur del Duero de esta provincia se instaló quizá a principios de los 90. También en Avila se han observado lobos desde finales de los 90, y en Segovia es a partir de 1995 cuando empiezan los rumores sobre su aparición en el norte de la provincia. A finales de 1999,los datos que manejan Blanco y Cortés confirman que la presencia del lobo es estable al norte de una franja de la provincia de Segovia, delimitada aproximadamente por las localidades de Coca, Cantatejo y Riaza. Parece que la población de esta provincia se encuentra en baja densidad, pero la espesa cobertura de amplias zonas, la ausencia de ganado extensivo fuera del Sistema central y la abundancia de muladares, corzos y jabalíes en muchas áreas, permiten prever pocos conflictos y una recolonización relativamente rápida. Asimismo, al sur del Duero, el lobo se ha establecido también en las provincias de Burgos, Soria y al norte de la provincia de Guadalajara.
Del mismo modo, según los datos aportados en el estudio sobre el Diagnóstico de la Situación del Lobo en Castilla y León (2002), desde 1988, el lobo ha recolonizado un área de unos 19.700 km2 al sur del Duero. Esta expansión es consecuencia de la saturación de la población en la llanura cerealista y de la consiguiente formación de manadas reproductoras al sur del río Duero. La población de esta zona tiene en la actualidad una densidad muy baja, pero es previsible que aumente en el futuro y que la población continúe su expansión hasta colonizar al menos la mayor parte de las provincias de Segovia v Soria y una parte de Ávila.
En definitiva. el estudio de Llaneza y Blanco aporta una cifia orientativa del número de lobos en Castilla y León, pudiendo haber entre 1000 y 1500 lobos. Aunque estas estimaciones son imprecisas, el aumento de densidad en la llanura cerealista y la expansión del área de distribución desde 1988 reflejan de forma inequívoca un aumento del número de lobos en esta Comunidad.
Continuando al sur del Duero, en 1988 existían poblaciones residuales en la sierra de Gata (Salamanca), la sierra de San Pedro (Extremadura) y Sierra Morena. Por partes, en el núcleo de la sierra de Gata, tal y como se refleja en el Diagnóstico de la Situación del Lobo en Castilla v León (2002) de Llaneza y Blanco, el lobo ha desaparecido como reproductor, aunque parece haber presencia ocasional de lobos a lo largo de la frontera con Portugal.
Con respecto a las poblaciones de la sierra de San Pedro, en los últimos años las noticias sobre los lobos en Extremadura son cada vez más escasas, lo que sugiere que podrían haberse extinguido. En cuanto a los lobos de Sierra Morena, en la actualidad la mayoría parece concentrarse en Andalucía. Tanto Blanco como Cortés no creen en la existencia de manadas criando en Ciudad Real aunque se han observado con cierta frecuencia ejemplares aislados. Como conclusión,aunque existe una pequeña población reproductora en Sierra Morana, su situación sigue siendo crítica.
La Directiva Hábitats de la Unión Europea, aprobada en mayo de 1992 y adoptada por la legislación española en diciembre de 1995, establece que la población del lobo al sur del Duero debe ser considerada especie de interés comunitario de carácter prioritario y para cuya protección es necesario designar zonas especiales de conservación. Esto ha provocado la reacción de los gobiernos de Castilla-La Mancha y Andalucía, que consideran al lobo como especie estrictamente protegida y han establecido un sistema de indemnizaciones para subsanar los daños producidos por sus poblaciones, extinguidas en estas zonas.
En proyecto, el Plan del Lobo
El denominado Plan del Lobo que pergeña Medio Ambiente se pondrá en marcha en breve, pero poco ha trascendido sobre este proyecto. El director andaluz de Conservación de Ecologistas en Acción, Joaquín Reina, se muestra mucho más crítico con las cifras que aporta el estudio de la Universidad de Jaén. «No hay lobos en Córdoba», afirma rotundo Reina. «Hace más de una década que se les perdió la pista. Sólo hace dos años, una pareja de lobos atravesó el río Yeguas por Cardeña, pero procedentes de la Sierra de Andújar. Es un pequeño reducto que utilizan cuando se adentran en la sierra en alguna de sus cacerías. Las cifras que pueda dar la Consejería de Medio Ambiente son pura especulación», asegura Reina. «El lobo es la especie proscrita en Andalucía, no sólo por los propios hombres del campo, sino también por las Administraciones. Hace mucho tiempo que dejan que la especie se extinga sin hacer nada», denuncia.
La caza mayor le ha dejado un área de distribución muy circunscrita. Son fácilmente controlables en fincas valladas. Dejan pelos en las alambradas, excrementos que le dejan desprotegidos contra su gran predador: el hombre.
Un grupo de expertos del lince ibérico en Sierra Morena descubrió recientemente varios lobeznos en la zona. Todo un milagro, según revela un trabajo de investigación realizado por la Universidad de Jaén, iniciado hace cinco años. El proyecto, centrado en el estudio de la situación actual del lobo en Andalucía y financiado por la Consejería de Medio Ambiente, revela que la comunidad andaluza posee tan sólo medio centenar de ejemplares. Los únicos supervivientes se concentran en Sierra Morena, concretamente en la zona de Andújar (Jaén) y Hornachuelos (Córdoba).
REPRODUCCIÓN
En la península Ibérica normalmente sólo se reproduce la pareja alpha (la formada por los individuos dominantes de cada sexo) por lo que se registra una camada por grupo, no obstante en otras regiones del planeta de existir una alta disponibilidad de alimento en primavera, como a veces ocurre en ciertas zonas de Norteamérica, pueden darse varias camadas en un mismo grupo.
Por otro lado no todos los grupos se reproducen. En el norte de Portugal en el 17% de las alcateas (nombre con el que se denomina en este país a las manadas) no pudo comprobarse la presencia de cachorros (Moreira et al. 1997). En España, del total de grupos estimados por Blanco et al (1990), se constató la reproducción en el 79%, en el 21% restante no pudo asegurarse la cría. Aunque en ambos casos puedan existir diferencias con el éxito de cría real, éstas deben ser pequeñas ya que los nuevos individuos suelen ser de fácil detección. En un estudio realizado en el nordeste de Minnesota (Fritts y Mech, 1981) se obtuvieron cifras similares, el 19% de los grupos no se reproducían.
El Oestrus, que dura entre cinco y siete días, tiene lugar a finales de invierno y las cópulas a lo largo del mes de marzo, tras dos meses de gestación (entre sesenta y sesenta y tres días) ocurren los partes.
En España se dan diferencias en la fecha del parto en función de la latitud; así en Sierra Morena los partos pueden ocurrir casi un mes antes que en la Cordillera Cantábrica. Esto mismo ocurre en otros países europeos, pero no así en Norteamérica donde al parecer la influencia en el atraso o adelanto de los partos parece ligada a la longitud. Las hembras pueden reproducirse antes de cumplir el año pero lo común es que no lo hagan hasta los dos años de edad, aunque la plena madurez sexual no se alcanza hasta los cinco años.
El tamaño medio de la camada en España es entre 5 y 6 cachorros. Evidentemente el número de crías por parto depende de la edad de la loba y de su estado fisiológico: alumbran más cachorros las hembras adultas y las bien alimentadas. Aunque se han llegado a observar camadas de hasta 12 lobeznos (Blanco et al. 1990), el número de cachorros por parto en condiciones normales parece estar entre tres y siete. La media en el número de crías por camada estima por diferentes expertos de acuerdo con sus análisis ( que incluyen observaciones directas e informaciones recopiladas de camadas capturadas).
MORTANDAZ Y LONGEVIDAD
Sus únicos depredadores, y sólo durante las primeras semanas de vida, son el águila real y el búho real. Después, solamente el hombre. En España las causas fundamentales de mortandad son directa o indirectamente generadas por el hombre y dos parecer los períodos más críticos para los lobos: durante su primer año de vida, y ente los tres y cinco años de edad.
De acuerdo con los resultados obtenidos por Valverde e Hidalgo (1979) mediante el estudio realizado sobre 104 lobos muertos en España, un 26% tenían menos de un año, un 10% entre uno y dos, y un 32% entre tres y cinco años de edad es del 85,5% (es decir, cada 100 lobos que nacen sólo 14,5 alcanzan los cinco años).
Entre los cachorros se da una tasa de mortandad relativamente alta y parecer relacionada con la disponibilidad de alimento. En un estudio realizado en Norteamérica (Mech et al 1998) en un año de escasos recursos tróficos a los seis meses sólo habían sobrevivido una media de 0,7 cachorros por camada, cuatro años después, con abundancia de presas las manadas tenían de media 5,3 cachorros de seis meses.
Una vez superado el primer invierno, la tasa de supervivencia aumenta sensiblemente. Son individuos subadultos, no han alcanzado la madurez sexual y permanecen en el grupo en el que nacieron. La experiencia adquirida, el conocimiento del territorio de campeo y el amparo de la manada, deben ser las causas de la menor mortandad.
ETOLOGIA
El lobo es un superdepredador que ocupa, en su hábitat natural y sin competencia del hombre, la parte superior de la pirámide nutricional. Esto significa que se trata de un depredador que carece de competencia externa para la regulación de su población, y que su crecimiento está sólo limitado por:
- La disponibilidad de alimento suficiente en su territorio (los lobos pueden recorrer en itinerancia hasta cien kilómetros diarios).
- Las enfermedades que puedan diezmar su población
Cuando tiene lugar la aparición del hombre —también un superdepredador— la situación cambia, porque:
- El hombre considera al lobo un peligro para sí mismo
- El lobo y el hombre compiten en la caza de otros animales situados en una posición inferior dentro de la pirámide nutricional (jabalíes, corzos, cabras montesas, conejos).
- En situaciones de carencia alimentaria el lobo amplía los límites de su territorio natural de caza en busca de alimento, llegando a atacar ocasionalmente a rebaños de ovejas o cabras.
El lobo es además un animal social, que vive fuertemente vinculado a un grupo —manada—, que es la base de la estructura social. Dentro de esta manada los comportamientos están fuertemente reglamentados en base a una jerarquía estricta.
El lobo tiene una camada (en raras ocasiones dos) anualmente, de entre tres a ocho cachorros. La loba amamanta a sus cachorros mientras que el macho le alimenta a ella cazando y regurgitando la comida que ha ingerido durante la caza. La lactancia dura alrededor de un mes.
Los lobeznos (cachorros de edad inferior a tres meses) son alimentados indistintamente por cualquier miembro de la manada.
Al cumplir los tres meses los lobeznos pasan a llamarse lobatos. Al cabo de un año tienen ya la morfología de adulto. Al cabo de un año y medio dejan de ser lobatos para pasar a ser lobos.
El lobo, al igual que el hombre, es un ser eminentemente social. Un alto porcentaje de su comportamiento está determinado por sus relaciones con otros miembros de su especie con los que forma manadas con el fin de obtener ventajas frente al medio de cara a la propia supervivencia.
Se puede decir que la unidad fundamental es la manada aunque, como hemos visto, se dan casos de individuos aislados en busca de otros individuos aislados con los que formar una nueva manada o, menos frecuentemente, de otra manada en al que integrarse.
El aprendizaje del comportamiento social del lobo comienza desde el momento de su nacimiento. Dentro de su propia camada se establecen pronto roles de comportamiento bien definidos en los que unos individuos prevalecen sobre otros por su carácter o su potencia física. Este inicio resulta crucial para el posterior desarrollo de los individuos porque determina inequívocamente el orden por el que se puede acceder al alimento.
Ya desde los juegos de los lobeznos se puede apreciar cómo unos dirigen, organizan o reprenden a aquellos de sus hermanos que tienen un estátus inferior al suyo. Los individuos más apocados o más débiles pueden quedar relegados del resto e incluso ser repudiados por la propia madre si su debilidad es manifiesta.
Ambos sexos cuentan con su propia jerarquía. Los individuos que ocupan la posición más alta dentro de ésta se denominan individuos "Alfa", los siguientes "Beta", y así sucesivamente. Los que ocupan la posición más baja se conocen como "Omega". Dentro de la dinámica de la jerarquía se presentan situaciones en las que un individuo reta a otro de posición superior por razones alimentarias o reproductivas (ya que la jerarquía gobierna también estos aspectos de la vida del lobo).
Según algunos estudios (Rodríguez de la Fuente) existe una fuerte tendencia a la monogamia en las parejas de lobos. De hecho, dentro de la doble jerarquía de los lobos (la masculina y la femenina), la pareja reproductora de la manada es la dominante, es decir, el macho alfa y la hembra alfa. Los demás adultos y subadultos de la manada no se reproducirán a no ser que pasen a ocupar el puesto de dominante o que abandonen la manada para formar otra independiente.
La principal actividad de la manada, la caza que le proporciona alimentos, se hace en grupo. Durante las cacerías el trabajo está perfectamente distribuido. El lobo es un animal en el que la resistencia prima sobre la potencia. Por esta razón la táctica de caza consiste en agotar a la presa, persiguiéndola hasta que su captura se hace posible.
El control y la disciplina en la manada es fundamental para que esta caza en equipo tenga éxito. Cuando despliegan un ataque sobre una presa, los lobos no aúllan ni ladran, pero sí gruñen y llegan a castañetear los dientes. Por el contrario, los perros suelen ser extremadamente ruidosos, lo cual ha servido a veces para poder determinar la identidad de los depredadores que han llegado a atacar rebaños domésticos (Grande del Brío, Castaño, Gallego).
En el momento en que una manada se hace demasiado numerosa para que el territorio que ocupa pueda sostenerla, se produce de forma natural una disgregación de la misma. Uno o más individuos se separan de ella para formar su propia manada, la cual deberá encontrar un territorio propio que le proporcione las oportunidades de caza necesarias para su subsistencia.
Se dan también casos en los que individuos solitarios, no integrados o expulsados de alguna manada, vagan por las montañas, e incluso por campos de cultivo, en busca de su sustento y de otros congéneres que estén dispuestos a crear una nueva manada.
MORFOLOGIA
Canis lupus signatus es el nombre científico del lobo ibérico, la subespecie de Canis lupus que habita nuestra península fue descrita por Ángel Cabrera en 1907. De los cuatro grupos en que por su pelaje se agrupan las 32 subespecies de lobos, pertenece al de los lobos pardos.
En efecto, en su colorido dominan los tonos marrones, aunque existen ejemplares más oscuros y otros más rojizos, estos últimos distribuidos en el pasado principalmente en la zona sur del río Duero. Los individuos jóvenes presentan generalmente tonalidades grisáceas muy apagadas durante el invierno, mientras que en el verano tienen un característico color marrón oscuro.
Las características principales que diferencian el pelaje del lobo ibérico del del lobo europeo son las siguientes:
- Manchas blancas en los belfos, llamadas "bigoteras",
- Líneas verticales negras o muy oscuras que recorren el frente de sus patas delanteras,
- Marca oscura a lo largo de su cola,
- Mancha oscura alrededor de la cruz, llamada "silla de montar".
Estas marcas son las que le han valido a la subespecie el nombre de signatus, que significa "signado", es decir, con señales o marcas.
ALIMENTACION
El lobo es un carnívoro depredador. La mayor parte de su dieta está compuesta por presas cazadas, aunque ocasionalmente puede competir con aves carroñeras por los restos de animales que han muerto de forma natural o por accidente, así como por restos provenientes de vertederos cercanos a núcleos de población humana. También es conocido el hábito, en determinadas estaciones, de consumir alimentos de origen vegetal, tales como frutos silvestres.
Sus presas naturales son grandes hervíboros y otros mamíferos de menor porte, como zorros, perros,conejos y liebres. También en ocasiones cazan jabalíes solitarios o atacan al ganado doméstico.
Todo el sistema digestivo del lobo está adaptado para procesar materia animal: agarrarla, desgarrarla, digerirla y eliminarla. En el extremo delantero de este sistema es fácil apreciar las especializaciones de los dientes delanteros para una vida carnívora, como ya hemos descrito al hablar de su morfología .
El tamaño de las piezas que un lobo traga enteras es impresionante. El movimiento de su lengua probablemente ayuda sustancialmente al animal a tragar esos trozos. La saliva del lobo seguramente tiene poca carga enzimática (la de la saliva del perro es nula), por lo que quizás sirva más como lubricante extendido por la lengua que como digestivo. La lengua también les sirve para limpiar los huesos de sus presas y para lamer sangre caída sobre la nieve o el suelo.
Si se suman los porcentajes de herbívoros, ovejas, conejos y otros carnívoros el resultado es que un 75% de la dieta del lobo entra en conflicto con intereses humanos. En una época en la que la población humana era reducida y existían aún grandes espacios abiertos, libres de la injerencia del hombre, el territorio y los recursos que sostiene eran suficientes para que ambas especies pudieran subsistir con ocasionales encuentros entre ellas. En la situación actual, en la que el hombre pretende acaparar virtualmente todos los recursos como propios, la presencia del lobo resulta insostenible, salvo en los reducidos enclaves donde el desarrollo no ha llegado todavía (es decir, donde se mantiene el equilibrio natural ancestral).
En la Península Ibérica abundan los cérvidos salvajes y otras especies silvestres que sirven de alimento al lobo, a diferencia de las que desaparecieron en época glaciar y las que han sido reducidas a la domesticidad, como el caballo, la cabra o la vaca. Sin embargo, la existencia de estos cérvidos en libertad no basta para la supervivencia del lobo en la mayor parte del territorio, por lo que éste recurre a otras fuentes de alimento, en gran medida provenientes de la cabaña ganadera.
Si el corzo es la pieza preferida por el lobo, no debemos olvidar el papel que juegan en su dieta los roedores y los lagomorfos (conejos y liebres), que varía mucho según las zonas. También otros cánidos, como perros y zorros, pueden formar parte de la dieta de un lobo ibérico, así como tejones o incluso jabalíes, si la manada tiene la suerte de encontrarlos solos.
El lobo también aprovecha la carroña como complemento de su dieta. Este comportamiento, no tan acusado en el pasado, está aumentando en los últimos años por las políticas de algunas Administraciones regionales de abandonar en cebaderos los restos de animales domésticos muertos, lo que, además de alterar la función trófica del lobo convirtiéndolo de depredador en necrófago, también hace aumentar la querencia del lobo por el ganado vivo.
ETNOLOGIA
La historia del lobo no se entendería sin la relación que ha mantenido este cánido desde tiempos ancestrales con su gran competidor, el hombre.
Desde el comienzo hemos vivido en compañía de lobos, siempre han estado disputando el terreno con nosotros, siempre han competido a nuestro lado por los últimos reductos de la caza. Al principio se libró una tremenda lucha entre ambas especies, una pelea que tenía más que ver con la hegemonía que con la propia supervivencia. Esta lucha se prorrogó desde los oscuros milenios de la prehistoria hasta un pasado relativamente reciente.
Nos tendríamos que remontar al Paleolítico para entender la evolución de esta mala relación. Los dos eran sociales, vivían en grupos y podían cazar para subsistir gracias al trabajo en equipo. Pero las cosas se complicaron a partir del Neolítico, cuando el hombre decidió transformar sus costumbres para poder subsistir, convirtiéndose en agricultor y pastor. La mentalidad del hombre cambió radicalmente y también su comportamiento, surgiendo un sentimiento injustificado de propietario de la naturaleza y sus bienes.
El naturalista Gastón Phebus en su «Historia de las Especies» (siglo XIV) mantenía que no era necesario describir la forma exterior de los lobos ya que todo el mundo la conocía, quizá la frase se podría pronunciar también hoy, prácticamente hay lobos en casi todos los zoológicos y casi todo el mundo ha visitado uno, aunque eso sí, son muy pocos los que lo han visto en el monte.
Existen pocos animales más odiados que el lobo. Nuestra tradición de origen judeocristiano, alojada en nuestro inconsciente colectivo es rica en alusiones a la supuesta perversidad y agresividad del lobo. Antropormofismos bíblicos han contribuido a que se haya considerado al lobo como una "criatura de las tinieblas", incluso vinculada al demonio. Otras culturas más compenetradas con el medio natural, menos ignorantes que la cristiana, (capaz de mantener a las personas en la ignorancia y el miedo) han visto en el lobo un símbolo de la sociabilidad, la eficacia y la inteligencia. Mitos y leyendas conferían al lobo gran importancia, los egipcios lo consideran un protegido de la diosa Osiris, ya que ésta había tomado la forma de este animal y en los jeroglíficos es símbolo del valor. Entre los griegos lo asocian con Marte como depredador y guerrero pero a su vez también lo unen a Apolo, que era hijo de las tinieblas y la luz. El bosque que rodeaba el templo dedicado en Atenas a ese Dios se llamaba «Lukaion» o sea «dominio de lobos», en él impartía lecciones Aristóteles y de ahí proviene la palabra «Liceo». Leto, amante de Zeus, se transforma en loba para amamantar a Apolo y a Artemisa. La loba capitolina de los mitos de Rómulo y Remo o el de Gárgoris y Habis presentan situaciones similares, en las que cachorros humanos son amamantados por lobas, el lobo anima las fiestas lupercales de la Roma antigua. Los indios norteamericanos ven en el lobo un honorable competidor, al que respetan y admiran. Las grandes familias turcas y mongolas consideraban al lobo azul como su antepasado
Un depredador como el lobo, único capaz de hacernos frente en la naturaleza que nos rodea, y que actúa de forma organizada y efectiva, despierta en el hombre los ancestrales miedos a ser cazado. Sin embargo en la milenaria pugna entre lobo y hombre, las agresiones del lobo frente a las nuestras son infinitamente menores. La prueba es la actual situación de su especie.
Los lobos están en la cultura rural, en los nombres de montes, ríos y pueblos y hasta en la forma de colocar los tejados incluyendo las llamadas “tejas de lobo”, que emitían un sonido especial con los vientos helados y anticipaban la posible llegada de una jauría.
Todas estas actitudes y prejuicios, propios de las mentes ignorantes y supersticiosas de la Edad Media, deberían ser arrojadas de nuestras mentes gracias al conocimiento de la especie.
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Infórmate de la atroz persecución ilegal a que es sometido el lobo en nuestro país. Cientos de lobos son muertos ilegalmente cada año, sin que se produzcan arrestos ni condenas a los responsables. El negocio de caza ilegal del lobo mueve millones de euros cada año.
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"Llegara un día en que los hombres como yo, verán el asesinato de un animal como ahora ven el de un hombre". Leonardo da Vinci
En la Península Ibérica existían tres tipos de trampas loberas
- Callejos, chorcos u hoyas (fojos en Portugal y algunas zonas de Galicia). Consistían en dos muros de piedra de varios centenares de metros de longitud, separados entre sí una distancia variable por uno de sus extremos; por el otro convergín sin llegar a juntarse, dejando un angosto espacio que desembocaba en un foso de forma más o menos cuadrada, a veces circular, y de una profundidad que podía oscilar entre los tres o cuatro metros. Los muros estaban atravesados por portillas para el tráfico de carros por el monte; estas portillas se atrancaban durante las batidas mediante troncos. En la parte superior, los muros estaban rematados con lajas dispuestas en forma de visera hacia el interior. El lobo se veía pues forzado a correr hasta precipitarse al foso.
- Cortellos. Consistían en recintos de forma circular o elipsoidal levantados con piedras colocadas sin argamasa y rematados por grandes lastras salientes hacia el interior, donde sobre un mogote era colocada una cabra u oveja como cebo, aportada por turno por los vecinos del pueblo. Como por la parte exterior la altura del muro era escasa en muchos puntos, el lobo podía fácilmente saltar dentro, quedando atrapado sin posiblidad de salir. Con frecuencia, el lobo no devoraba el cebo, concentrándose y dedicando sus esfuerzos a tratar de salir de la trampa.
- Cousos. Consistían en simples hoyos practicados en el suelo y cubiertos con ramajes; por lo general, ubicados en cruces de caminos recorridos por los lobos. En algún caso, tenían una estaca clavada en el suelo, con la finalidad de que el lobo, al caer, quedara ensartado en ella.
Situación legal por autonomías
Comunidad | LEGISLACION | FORMA DE CAZA | INFORMACION ACTUAL |
GALICIA | Especie cazable 2000/01.LEY DE 25 DE XUÑO | Batidas en periodo hábil y con solicitud fuera del periodo hábil | |
ASTURIAS | |||
CANTABRIA | Es competencia de la DIR.GRAL DEL MEDIO NATURAL | ||
P.VASCO | No figura en catálogo vasco de especies amenazables..Cazable con autorización en 2000/01; 13 JULIO 2000 | Cazable con autorización mediante batidas. | Pago de daños en ALAVA |
NAVARRA | Decreto 563/95 27 NOV. especie extinguida | INDEMNIZACIONES POR ORDEN FORAL 876/96 DE 19 AGOST.NO HAY INDICIOS DE SU PRESENCIA | |
ARAGÓN | NO FIGURA EN CATALOGO NI COMO SP CINEGETICA. SE BASAN EN LA LEY 4/89 | NO LOBOS MUERTOS, NO PERMISOS Y NO ESTUDIOS | INDEMNIZA DAÑOS POR SER NO CINEGETICA EN 1995 Y 1996. |
CASTILLA-LEON | SP CAZABLE AL N DEL DUERO.AÑO 2000. LEY 4/96 DE 12 JULIO *** pendiente de revisión | AL N. DEL DUERO COMO EL RESTO DE CAZA MAYOR, PERO ES POSIBLE MATARLO EN SEP, EN FEB Y EN MARZO. Y EXCEPCIONALMENTRESTO DEL AÑO | BATIDAS COMO METODO DE GESTION DIRECTO |
LA RIOJA | SP CAZABLE 2000.LEY 9/98 DE 8 JULIO | EN BATIDAS DE CAZA MAYOR SOLO DONDE SE HAYAN RECONOCIDO DAÑOS EN LOS ULTIMOS DOS AÑOS. PUEDEN AUTORIZARSE BATIDAS ESPECIFICAS | DAÑOS EN DESCENSO QUE SE INDEMNIZAN.SE MATARON EN AÑOS 87 ( 10) Y 93 (3). HOY ATAQUES MUY ESPORADICOS |
CASTILLA LA MANCHA | SP EN PELIGRO DE EXTINCION DECRETO 33/98 DE 5 MAYO | NO CAZA NO MEDIDAS DE CONTROL | NO SE HAN PAGADO INDEM. AUNQUE SE RECLAMAN EN GUADALAJARA |
MADRID | CONSIDERADO AUSENTE | ||
EXTREMADURA | LEY 21 DIC 1990.SP PROTEGIDA. AMENAZADA 20 JUL 93 | NO EJEMPLARES ABATIDOS. HAY FONDOS PARA INDEMNIZAR. | |
ANDALUCIA | DECRETO 4/86 ESTRICTAMENTE PROTEGIDO | IMDEMNIZAC. MAX97:4838000 PTAS MIN88:184000 PTASAÑO99:948000 PTAS |
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