Pues sí... por si ya hay bastantes matrimonios o relaciones sentimentales destruídas por la infidelidad (no tengo el dato, pero casi seguro que es una de las causas principales), ahora viene la moda de poderlo hacer online. Efectivamente, igual que existen agencias matrimoniales online, que te buscan pareja, ahora las tenemos para encontrarte pareja casada igual que tú.
Dicen que ellas se vuelven a sentir agasajadas, sexys y atractivas, y que ellos rejuvenecen volviendo a ser galantes. ¿Será verdad?... por si las moscas, no pienso probarlo, vaya a ser que me guste, y a ver cómo miro luego a la cara a PEAZA... ¿no?... definitivamente, ¡me quedo con ella!, ¡qué puñetas!, que estoy muy agustito.
Por considerarse el tema dificil de explicar, ya que todo es virtual, sea tenido que recrear situaciones y utilizar palabras que muy probablemente le sean ofensivas; esperamos su comprensión de lo contrario, le pedimos no lea el contenido de Adulterio Online.
Seductoras y adictivas, las aventuras extramaritales online tienen sus tintes perversos. Demasiados: ya hay países donde se esgrimen como causal de divorcio.
No hace mucho, en Somerville, Nueva Yersey, USA, un hombre pudo probar que su mujer lo engañaba -pese a que ésta jamás tuvo una relación carnal con otro- presentando como prueba las copias de los e-mails que ella se escribía con su ciberamante, a quien denominaba “mi comadreja”. Pero a estas alturas el hecho sólo constituye una anécdota, pues la infidelidad electrónica se ha convertido en un tema cotidiano de los tribunales en Estados Unidos, hasta donde los dolientes traicionados están haciendo llegar las evidencias de los affaires (amorios) virtuales de sus parejas como causal para solicitar el divorcio.
Perpectiva
Pero hay más: diversos estudios dan cuenta de que las aventuras amorosas electrónicas se están transformando en una de las maneras más frecuentes de infidelidad. Trescientos millones de personas se lanzan cada día al espacio cibernético para relacionarse con otras, y se estima que más de la mitad busca en la red nuevas experiencias y sensaciones. Y es que al amparo de la pantalla del computador se hace posible todo tipo de extremos, pues la red actúa como un potente desinhibidor para satisfacer postergados u ocultos deseos.
Investigaciones
Según una reciente investigación realizada por la Universidad de Florida, USA, el 83% de los casados que flirtean (enamoran) por chat creen que ello no constituye infidelidad, escudados en lo virtual del hecho, es decir, por ser intangible. El sondeo fue realizado entre los visitantes de foros de MSN y Yahoo destinados exclusivamente a personas casadas que buscan amistades, de entre 25 y 66 años. Sin embargo, hombres y mujeres reconocen que estos affaires virtuales no resultan del todo inofensivos para sus relaciones de pareja.
Y quienes han sido víctimas de un engaño online se sienten tan traicionados y sufren tanto como los que advierten que son engañados en la vida real.
¿Puede haber infidelidad en un hecho cuya única materialidad está en las palabras lanzadas al espacio para construir ilusiones a dúo? “Pero, explícame qué te he hecho, si nunca he estado con nadie que no seas tú en la intimidad. Acepto que me escribo con personas que no conozco en un tono afectivo y que eso me pueda emocionar, pero nunca te he engañado de verdad con nadie”, fue la respuesta que dio Laura Fuentes, una veterinaria de 35 años que llevaba un semestre de relaciones en línea con un argentino a escondidas de su marido, cuando éste la descubrió ” con las manos en la masa”, en pleno acto muy sensual con su partner (pareja) virtual, frotándose los pechos frente al computador. La relación sufrió una importante fisura y él ha desarrollado una desconfianza importante hacia ella, coaccionándola a dejar cualquier actividad informática dentro del hogar.
Otros casos
Alberto Hernández, empresario, 41 años, siente que nunca ha engañado a su mujer, porque no establece compromisos afectivos por la red: “A mis amigas virtuales nunca les he dicho te quiero, sólo mantengo con ellas ficciones inofensivas. Es mágico y quimérico. Me traslado mentalmente al Sahara con una mujer misteriosa, mientras en verdad estoy en una pieza oscura, escribiendo sobre un escritorio estrecho, lleno de tazas de café vacías y con los ceniceros llenos de colillas añejas de cigarro. Cuando chateo me acuerdo del hombre imaginario de Nicanor Parra, que vive en una aldea imaginaria, donde su corazón imaginario vuelve a latir”.
Estudios
En su libro El @mor en Internet (1999), la psiquiatra norteamericana Esther Gwinnell expone las ventajas que puede ofrecer una relación amorosa electrónica alternativa a la real lograda gracias a la red: superar la soledad, y hasta llamar la atención de la pareja, cuando ésta no está prestando la atención requerida. Pero también habla sobre patologías, conflictos y riesgos: es que la red es una gran ciudad virtual donde transitan con voracidad y velocidad infinitas todo tipo de especímenes, desde Don Juanes y camaleones consumados hasta ermitaños, tímidos, obsesos y mitómanos profesionales, de modo que una relación online podría complicar bastante la vida.
La sicóloga estadounidense Kimberly Young, autora del libro Atrapados en la red, también se refiere a las infidelidades online. Advierte que éstas pueden terminar con matrimonios que se creían consolidados, a veces con décadas de unión, pues todo comienza con inocuas intervenciones en salas de conversación virtuales, y va subiendo en intensidad, pasando luego al correo privado y hasta el teléfono, sin contar un posible encuentro concertado en cuerpo real, lo que ya es cuento aparte.
Paises
En Chile sólo en el chat Cybercupido participan más de 27 mil personas: “Es como un estadio San Carlos de Apoquindo lleno en busca de relaciones con otros, gente que se siente sola y anda buscando pareja. Y esa cifra no considera a los chilenos que están conversando paralelamente en otras salas virtuales”, dice el joven psicólogo Rodrigo Farías, quien se ha especializado en la investigación de las relaciones virtuales.
Según Farías, “al amante virtual se le puede contar cualquier cosa, no se le encuentran defectos, no hace exigencias y así resulta un confidente ideal que, cuando la pareja está pasando por un mal trance, puede ser un aliado peligroso”. Por eso, un juego que se inició pareciendo inofensivo puede crear niveles de dependencia, tornándose arriesgado y atentando contra los compromisos que se tienen en la vida real, la pareja entre ellos. “El adulterio virtual es de una comodidad absoluta, ya que ni siquiera hay que salir de la casa para consumarlo. Es de un acceso facilísimo, basta con decir que uno debe quedarse hasta más tarde trabajando en el computador, nadie te va a llamar por teléfono, no tienes que pagar motel, es un escape mental en dueto”, dice Farías. Añade otro dato: los infieles virtuales requieren en promedio de unas cuatro horas diarias para comunicarse con sus partners. La construcción de coartadas para no ser descubiertos no es ninguna trivialidad, pues la mayor parte de las veces las historias virtuales se alimentan mientras la pareja real duerme, lee o mira TV en la habitación contigua.
A la consulta del sicólogo Giorgio Agostini los pacientes no llegan directamente por una infidelidad online: “Vienen porque sus parejas no andan bien, porque tienen una necesidad o problema no resuelto y, de refilón, resulta que mantienen relaciones virtuales y manifiestan incomodidad por tener historias ocultas, pero no se sienten concretamente infieles, porque no han dado un beso, ni tenido un coito con estos amantes”.
Definiciones
Explica los alcances de la palabra infiel, que traducida del latín infidelis significa “falta al compromiso”. Y añade: “En términos estrictos, podríamos hablar de infidelidad a través de internet en la medida en que el compromiso establecido en la pareja se quebrante y transfiera hacia afuera, hacia un tercero, aunque esto no involucre la parte física”.
Farías agrega otro dato: “La infidelidad virtual es tal en la medida en que las personas están buscando algo que sienten perdido en la pareja, porque perc
iben que la relación ya no es lo que fue”. Especifica que esta situación es más frecuente en las mujeres que en los hombres. Ellas son más proclives a buscar idilios virtuales que suplan o reemplacen carencias afectivas.
Ellos, en cambio, tienden más a la búsqueda de cibersexo y, en general, sólo pretenden vivir un flirteo pasajero, con ninguna intención de afectar o poner en cuestión su vida de pareja.
¿Dónde está lo gratificante de estos contactos? Agostini dice que el anonimato que brinda internet permite levantar barreras de represión y censura que se nos han impuesto a través de la educación y se liberan con más facilidad las fantasías, sin restricciones de ningún tipo. “En una sociedad restrictiva como la chilena, esto es una verdadera catarsis individual”.
Ultimas cifras
El computador se ha vuelto omnipresente en la vida de cada uno de mucha gentes, en el trabajo o en casa, e incluso hasta en la vida sexual si hacemos caso de las investigaciones sobre la frecuentación de páginas ‘webs adultas’.
“Internet pronto se convertirá en la forma más común de infidelidad. Cada uno de nosotros lo puede constatar, el computador ya perturbó en parte las relaciones de la familia”, afirmó Yannick Chatelain, especialista en nuevas tecnologías, quien publicó hace poco en Francia junto al psicólogo Loick Roche, un libro titulado ‘En la cama con la web, internet y el nuevo adulterio”.”La infidelidad existió siempre pero internet facilita las cosas, desinhibe y permite pasar de lo virtual a la realidad”, dijo el psicólogo.
“Este hecho concierne sobre todo a gente de entre 35 y 45 años, es decir, aquellos que ya tienen una estabilidad, están un poco fatigados de la vida conyugal, que buscan algo diferente y no tienen miedo a las nuevas tecnologías”, explicó Roche. “En cuanto a los jóvenes, los encuentros, incluidos los sexuales, por internet, es lo normal”.
El cibersexo relaciona mayoritariamente a los hombres (un 80% de los internautas de las ‘webs adultas’) pero la frecuentación femenina no deja de aumentar, según Netvalue, sociedad de medida de audiencias en internet.
Además, ningún país escapa a esta práctica. En 2001, España estaba a la cabeza por delante de Alemania, Reino Unido, Dinamarca y Francia, según este estudio europeo sobre la frecuentación de sitios pornográficos en internet. Si escogemos como criterio el tiempo pasado delante de estas páginas webs, los alemanes estarían en un primer puesto con 70 minutos, seguidos de los franceses con 45 minutos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario, seguro que todos aprendemos algo de ti.