La abeja reina, inmediatamente después de alcanzar la madurez, abandona la colmena y se aparea una sola vez con un solo zángano, normalmente a una altitud de unos sesenta metros y en pleno vuelo; luego almacena todos los espermatozoides en unos órganos especiales de su cuerpo y los utiliza para fecundar los huevos durante un período de muchos meses o incluso años. Sus espermatozoides almacenados representan todo el capital genétido de una colmena.
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