El suuizo
Spetim Saciri ha rizado el rizo inventando un bozal invisible (unas fundas de plástico que se colocan al perro en los dientes), lo último en un invento que comenzaron a usar los romanos en el siglo I a. C. Las familias pudientes incorporaron el perro como elemento de defensa en sus villas e idearon un rudimentario bozal para evitar agresiones indeseadas. En eso no ha evolucionado: su forma es casi igual que la actual.
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