El Árbol de Teneré era una solitaria acacia, quizás Acacia raddiana o Acacia tortilus, que fue considerada en su momento como el árbol más solitario y aislado de la Tierra, el único dentro de un área de 400 km a la redonda. Fue punto de referencia para las caravanas a través de la región de Teneré, en el Sahara, al noreste de Nigeria, y es bien sabido que fue el único árbol en mostrarse en un mapa a una escala de 1:4.000.000.
Último sobreviviente de un grupo de árboles que crecieron cuando el desierto era menos seco de lo que es hoy, el árbol había permanecido aislado durante décadas. Durante el invierno de 1938 a 1939 se cavó un pozo cerca del árbol y se encontró que sus raíces alcanzaban un manto freático ubicado entre 33 y 36 metros de profundidad.
El comandante de las A.M.M (del Servicio Central de Asuntos Saharianos) Michele Lesourd vio el árbol el 21 de mayo de 1939:
Hay un tipo de superstición, una orden tribal, que es siempre respetada. Cada año los azahari se reúnen alrededor del árbol antes de afrontar el cruce del Teneré. La acacia se ha convertido en un faro viviente: es el último punto de referencia para los azahari que dejan Agadez para ir a Bilma o para regresar.
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