Los principales objetos de mis odios son, sin un orden determinado:
- Las malditas luces de las calles y las tiendas
- Los infames papasnoeles que se descuelgan por las ventanas
- Los hirientes villancicos repetitivos y omnipresentes
- La subida de precios que a nadie importa
- El espumillón hortera y asfixiante
- Los espantosos colgajos-de-buen-gusto dorados, verdes y rojos
- Las pretenciosas alfombras en la entrada de los negocios
- El tráfico estúpido y sus efectos nocivos
- La mala leche imperante disfrazada de buen rollito
- El puto espíritu navideño hipócrita
- La irritante lascivia de la prenda roja de fin de año
- La aplastante necedad de los que invitan a turrón o copas
- La gilipollez de los deseos para el nuevo año
- La mandanga indecente de las visitas
- La absoluta idiotez de un país ingiriendo uvas síncronamente
- El soez gasto en juguetes para disfrutar un día
- La invasión de cajas vacías
- La vacía mirada de los memos a los escaparates de joyerías
- La estúpida costumbre de vestirse de gala
- La arraigada creencia de que uno se puede divertir
- La ingente cantidad de kilómetros hechos a lo tonto
- La mamarrachada de papanoeles de guardarropía repartiendo papel
- Los repulsivos belenes móviles
- La maldita lotería
- La absoluta falta de imaginación de los redactores de tv
- La hedionda presencia de vinos gasificacos por doquier
- Los cotillones escapados de la banda de Alí-babá
- La miríada de correos chorras cargados de buenos deseos (y virus)
- Las colecciones de christmas
- Los inútiles SMS estúpidos y peor los que van de originales
- La recalcitrante estulticia de los artículos de broma y los bromistas
- Los estruendosos petarditos
- La ñoñería imperante y omnipresente
- Las estúpidas películitas yanquis "para-toda-la-familia"
Y sobre todas las cosas anteriores la más denigrante, la que define lo mórbido de nuestra sociedad por cebarse y aprovecharse de lo más débiles
- El engaño general a los niños orquestado hasta en correos, operadoras de teléfono, grandes almacenes y televisión
Por eso, porque si toda la puta sociedad se pone de acuerdo para engañar a los pequeños indefensos en todos los malditos países de todos los malditos continentes de este infame planeta, proclamamos:
No olvides que odiar al Corte Ingles por crear todo esto de la Navidad jejeje! Saludos!
ResponderEliminarSuscribo todos y cada uno de tus motivos de odio. Son las fiestas del derroche, de la hipocresía y casi me atrevería decir del sacrilegio, por el uso bastardo que se hace de lo que, en teoría, se conmemora. No puedo añadir ninguno, porque no se te ha escapado nada.
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