Por mucho que tengamos el ordenador a punto, llega un momento en que es necesario aumentar la capacidad del ordenador.
Lo más efectivo para la mayoría de los usuarios es ampliar la memoria RAM.
Es una operación muy sencilla. Esta memoria se distingue fácilmente entre el barullo de cables y chips, y se saca con la misma facilidad. Están sujetas por un par de pestañas.
Antes de cogerlas conviene tocar algo metálico para descargar el cuerpo de electricidad electroestática, de otra forma podríamos dañar las tarjetas.
Cuando las tenemos en la mano pueden ocurrir tres cosas: Que antes de extraerlas y cuando el ordenador estaba encendido se nos ocurriera utilizar alguna aplicación para saber qué tipo de memorias son, que encontremos sobre la tarjeta una pegatina con información sobre el tipo de memoria y su capacidad; o que no haya información de ningún tipo -suele ocurrir en ordenadores viejos.
Si no sabemos qué memoria tenemos será difícil que acertemos al comprar una nueva. Existe un truco que pocas veces falla para solventar esta situación.
En cada uno de los chips que componen la tarjeta hay un número impreso. Si introducimos ese número en un buscador como Google nos aparecerán unos resultados un tanto peculiares. Se trata de series de números y letras, seguramente pertenecientes a catálogos de diferentes páginas web.
Habitualmente, en los resultados al número de serie que hemos introducido le sigue un número que indica la capacidad de cada chip. A continuación tendremos que multiplicar ese número por la cantidad de chips que se ven en la tarjeta.
MALO MALO MUY MALO
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