Cuando se descubre una nueva especie animal se nos viene a la mente las inexplorables profundidades del mar, cuando se habla de una nueva especie vegetal, se piensa en las abruptas junglas tropicales en las que los árboles luchan por su ración de luz solar. Pero existen unos lugares en nuestro planeta con especies animales y vegetales propias, que sirvieron de inspiración a escritores como Arthur Conan Doyle para su novela “El mundo perdido” y que además tienen una composición cuyos estudios la situan entre las superficies más antiguas del planeta, los Tepuis.
El tepuy es, en la mayoría de los casos, una meseta especialmente abrupta, con paredes verticales y cimas muy planas, característicos del denominado Escudo de las Guayanas principalmente en la zona de la Gran Sabana venezolana. Igualmente es posible encontrar estas singulares formaciones en menores cantidades y tamaños en el límite con los países vecinos como Guyana, Brasil y Colombia.
Estas montañas son las formaciones expuestas más antiguas en el planeta: su origen data del Precámbrico. A lo largo del curso de la historia de Tierra, la meseta se erosionó, y se formaron los tepuis.
Su nombre proviene de una voz del idioma indígena pemón, que significa montaña o morada de los dioses. Los tepuyes tienden a estar individualmente aislados en vez de formar parte de una cadena común. Esta característica frecuentemente los hace ser el ambiente en donde se desarrollan formas evolutivas únicas tanto animales como vegetales.
Actualmente los tepuyes están protegidos por las leyes venezolanas bajo la figura de Monumentos Naturales y solo a algunos de ellos está permitido el ascenso. Sobre las cimas de estos tepuyes nacen ríos y gigantescas cascadas, siendo quizás la más conocida el Salto Ángel, la cascada más alta del mundo.
Aunque los tepuis comparten caracterísitcas comunes como su antigüedad y formación, la estructura de los mismos varía, encontrándonos con increibles paisajes, inaccesibles para el hombre en muchos de los casos, alcanzando alturas de 2.800 metros sobre el nivel del mar, como es el caso del Tepuy Roraima. Alcanzó fama internacional en 1935 cuando la caída del Salto Ángel fue descubierta accidentalmente por Jimmy Angel, piloto que se estrelló con su avioneta en la cima.
El tepuy está completamente aislado por la selva que lo rodea. Por un lado, la altitud causa una importante diferencia climática con las llanuras más bajas: este clima es típicamente intertropical, con elevadas temperatura y humedad, mientras que la planicie superior puede llegar a ser aún más lluviosa pero mucho más fresca.
Por otro lado, la extrema verticalidad de las paredes, la presencia de cornisas insalvables y la humedad de las rocas dificulta bastante la migración entre la base y la cima y viceversa. Estos factores han determinado la aparición de flora y fauna endémicas (un endemismo es una especie biológica exclusiva de un lugar, área o región geográfica, y que no se encuentra de forma natural en ninguna otra parte del mundo).
El singular proceso evolutivo resultante ha dado origen a numerosas especies animales y vegetales únicas en el mundo, por lo que los tepuyes son habitualmente apodados “las Galápagos de tierra firme”. Dada la imposibilidad de acumulación de humus debido al viento y la accidentada constitución del terreno, el suelo de estas mesetas es pobre en nutrientes, lo que ha generado una variedad particularmente acentuada de plantas carnívoras.
Algunos tepuyes están perennemente cubiertos por gruesas capas de nubes (como sucede en el Pico de la Neblina), y sólo han sido fotografiados por radar desde helicópteros. Algunas de estas formaciones aún no han sido holladas por el pie humano; su fauna es muy diversa, destacando el oso hormiguero, la nutria gigante, armadillos gigantes, la Boa constrictor, la anaconda Eunectes murinos, etc.
Algunos de las más notables mesas son:
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Autanatepui. El Autanatepui sobresale 1300 metros sobre el suelo selvático vecino. En su superficie se observan enormes hoyos de unos 400 metros de profundidad. Se ha sugerido que podría tratarse de cavernas cuyas bóvedas colapsaron. Contiene una abertura muy angosta pero que atraviesa el tepuy por su parte más angosta. A través de dicha abertura pasó de un lado al otro un avión ultraliviano en una de las aventuras más arriesgadas de que se tenga noticia, que fue filmada en un programa de TV llamado Expedición.
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Auyan-tepui. Esta meseta tiene una superficie de 700 km². Desde su cima se precipita la cascada más alta del mundo: el Salto Ángel.
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Kukenan-tepui. Considerada una montaña sagrada por los nativos. Desde 1997 no puede ser escalada.
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Neblinatepui, el más alto de todos los tepuyes, también es conocido como el Pico da Neblina.
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Ptaritepui. Las paredes rocosas de esta meseta son tan abruptas que se supone que un número particularmente elevado de nuevas especies podría ser encontrado allí.
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Roraima-tepui, también conocida como Roraima. Un reporte de Robert Hermann Schomburgk, famoso investigador y explorador de Sudamérica inspiró al autor inglés Arthur Conan Doyle para su novela El Mundo Perdido, que trata sobre el descubrimiento de un mundo prehistórico lleno de dinosaurios y plantas primitivas.
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Sarisariñama. Situada en el Parque Nacional Jaua-Sarisariñama en el extremo sureste del estado venezolano de Bolívar. La característica más distintiva y peculiar de este tepuy de 2.300 metros de altura es la presencia de simas casi perfectamente circulares que son un misterio para los geólogos.
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Duida - Marahuaca: ubicadas en el estado Amazonas, ambas con 2400mts y 2700mts de altura respectivamente, en sus faldas viven las comunidades indígenas Yekuana y Yanomami, se encuentran mayormente inexploradas.
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Huachamacare: Con 2300mts de altura en sus paredes verticales se desarrolla vida vegetal endemica y se precipitan impresionantes saltos de agua; se ubica en el estado Amazonas.
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