10.6.09

PROTECTORES SOLARES


No siempre se usan bien

Tomar el sol es saludable, siempre que se haga con la debida protección. Los rayos solares pueden provocar daños graves en la piel. Aunque casi uno de cada cuuatro españoles dicen usar protectores solares, no siempre los utilizamos de la manera adecuada para estar bien protegidos.


¡Cuidado con el sol!

El sol tiene indudables beneficios para nuestra salud y bienestar, pero si se abusa de él, puede resultar peligroso: un exceso de sol debilita la piel y la deja más expuesta. La prevención del melanoma pasa por tener cuidado con el sol. Si no quiere correr riesgos, debe evitar las exposiciones en las horas centrales del día, protegerse con sombrero y gafas de sol y recurrir a las cremas de protección solar.

Hay que tener un cuidado especial con los niños pequeños, cuya piel es aún más sensibles: protéjalos con todos los medios a su alcance, incluso si están a la sombra.

Está comprobado que el sol tiene un efecto beneficioso sobre nuestro estado de ánimo y es indispensable para realizar algunas funciones corporales, como la síntesis de la vitamina D. Sin embargo, la excesiva exposición a los rayos solares provoca un envejecimiento precoz de la piel y puede ser perjudicial.

Además, el sol en exceso es el responsable de la aparición de lesiones cancerosas.

De ahí la importancia de protegerse del sol, evitando la exposición en las horas de mayor calor (entre las 12 y las 16 horas), y repitiendo la aplicación de cremas solares.

También es muy importante conocer su tipo de piel, para poder calcular el tiempo máximo de exposición al sol y el índice de protección que necesitará.

En el caso de los niños, hay que extremar las precauciones: protector solar de índice elevado (o pantalla total) y mejor aún, gorro y camiseta cuando el sol aprieta.


Cremas protectoras: use y abuse

Cualquiera que sea su tipo de piel, debe usar un protector solar. Su uso es imprescindible, aunque no basta para proteger la piel de las quemaduras, y mucho menos de un tumor maligno. Para conseguir un bronceado seguro, siga nuestros consejos.

- Utilice una crema solar que le proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB. - Cualquiera que sea su tipo de piel, es recomendable usar, como mínimo, una crema con índice de protección 15.

- El FPS indica el número de veces por el que se multiplica el tiempo que se puede permanecer al sol sin quemarse. Pero ¡cuidado! aun sin quemarse, la piel puede estar sufriendo los daños del sol.

- Póngase la crema al menos media hora antes de tumbarse al sol. Repita la operación cada dos horas, y siempre después de cada baño (incluso si la etiqueta de la crema indica que es "Resistente al agua").

- Aunque esté nublado, aunque se coloque bajo una sombrilla o se ponga camiseta, es muy importante usar el protector: un parte de los rayos solares consiguen atravesar estas barreras, además de que son reflejados por el aire y el agua.

- No se exponga mucho tiempo al sol en los primeros días. Deje antes que la piel se vaya habituando a los rayos solares, y siga protegiéndola todo el tiempo. Muévase, mójese y, muy importante, nada de siestas al sol si no quiere sufrir quemaduras.

- Conviene no tomar el sol inmediatamente después de una limpieza de cutis o de una depilación, pues la piel está especialmente sensible y sufrirá más.

- Recuerde que la exposición al sol es continua, también cuando se está haciendo deporte, en el jardín o caminando está bajo sus rayos. No olvide protegerse también en esos casos.

- La piel de los niños es más sensible que la de los adultos a los rayos ultravioleta. Se sospecha que bastantes tumores de piel tienen su origen en fuertes quemaduras solares sufridas en la infancia. De ahí la importancia de usar para los más pequeños una crema solar con elevado índice de protección (siempre necesitan un FPS mayor que el de los adultos). No debe olvidarse nunca del gorro. Póngales también una camiseta seca (las mojadas pueden dejar pasar más fácilmente los rayos ultravioleta). Los bebés de menos de seis meses no deben exponerse en absoluto al sol directo, su piel es muy fina y hasta los tres años deberían permanecer en la sombra, protegidos con ropa fina de algodón.


Lo que cuesta estar protegido

Una familia de 4 miembros (2 adultos y 2 niños) en 1 día de playa (4 horas), que se hiciera 2 aplicaciones de protector solar (30 ml por adulto, 15 ml por niño), consumiría 180 ml de producto, casi un bote, que cuesta entre 4 y 30 euros.

Analizamos 17 protectores solares, y hemos podido comprobar que más caro no es mejor.


El uso de las cremas solares

Realizamos una encuesta sobre los hábitos de uso de los productos de protección solar. Para ello, se escogió una muestra representativa de la población española entre 18 y 64 años, a quienes se les entrevistó por teléfono sobre distintos aspectos. Nuestra encuesta revela que no se utiliza el protector tanto como sería necesario, y que incluso quienes lo usan no siempre lo hacen bien: no repiten la aplicación, se exponen al sol más de lo que deberían o no utilizan el protector en circunstancias en que es necesario.

- El 71% de los encuestados declaró utilizar cremas o algún otro producto para protegerse del sol.

- Según la encuesta, el 29% de los españoles nunca utiliza cremas u otros productos de protección solar para protegerse del sol.

- De los que dicen que nunca usan cremas para protegerse del sol, la respuesta mayoritaria (un 51%) dice que no lo hace porque "nunca se exponen a los rayos del sol".

- A quienes respondieron que utilizan protectores solares, les preguntamos en qué situaciones los utilizan. Como vemos, en general se usa la crema en la playa, en la piscina… cuando se va a tomar el sol, pero el hábito se descuida al realizar otro tipo de actividades al aire libre.

- Preguntamos también qué criterios eran los que más tenían en cuenta a la hora de elegir un protector solar: el factor de protección, que sea resistente al agua y que filtre los rayos UVA son los criterios más citados.

- El factor de protección de una crema solar indica el número de veces por el que se multiplica el tiempo que puede permanecer al sol sin quemarse. Hemos preguntado a los españoles si conocen exactamente eso, si conocen qué significa exactamente ese "numerito" que aparece en las cremas y que se denomina factor de protección: muchos no lo sabían. El porcentaje es superior entre los que no utilizaban protector.

- Apenas la mitad de los usuarios reiteran la aplciación de crema, algo impresicnidible para estar bien protegido.


Los rayos UVA también son peligrosos

El sol no dura todo el año, y con la idea obsesión por mantener el mayor tiempo posible el favorecedor tono moreno de la piel mucha gente no duda en recurrir a medios artificiales para broncearse.

Los centros de rayos UVA (en salones de belleza, gimnasios, etc.) proporcionan un bronceado artificial a partir de una fuente artificial de rayos UVA o, en menor medida, UVB, pero recurrir a ellos resulta tan nocivo para la piel como la exposición directa al sol, o aún más.

La exposición sistemática a las lámparas bronceadoras tiene consecuencias claras, como el envejecimiento prematuro de la piel. Además, hay estudios que demuestran que se acrecienta el riesgo de melanoma en las personas que las utilizan.

Por tanto, el sol en exceso no es el único que puede tener efectos nocivos para nuestra piel: el bronceado artificial, a largo plazo, puede producir los mismos efectos y las mismas lesiones que el sol.

Es imprescindible que, cuando acuda a uno de estos centros, el consumidor reciba una información clara sobre los efectos para la salud de este bronceado artificial y sus contraindicaciones. Sin embargo, esto no siempre ocurre en la práctica.

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