Madrid y Barcelona han puesto en marcha iniciativas muy similares par mejorar la seguridad de las motos en la circulación urbana. La medida, que funciona en un número limitado de cruces y durante 6 meses para evaluar su rendimiento, consiste en pintar unas parrillas en el pavimento de los cruces por delante de la línea de detención de los vehículos y permitir a las motos detenerse sobre ellas. Así, se pretende que las motos tengan mejor visibilidad al abrirse los semáforos, evitar que éstas invadan los pasos para peatones ante semáforos en rojo y que los motoristas se queden sin arrancar entre los vehículos al ponerse en verde el semáforo o choques con ellos en el momento de la puesta en marcha (uno de los más delicados).
En Barcelona, por ejemplo, se grabará en vídeo el comportamiento de los conductores para evaluar los resultados que, si son los esperados, extenderán esta iniciativa a las principales vías de la ciudad.
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