10.11.08

POST ELECTORAL

Aunque no había publicado nada después de las elecciones, no ha sido a causa de una depresión por los resultados. No, no he tirado la toalla pensando que seguiremos siendo la región exótica de Europa por muchos años. No.

Aunque entenderán que esté triste por cómo han votado los españoles. En primer lugar porque una parte importante a ejercido el nefasto voto útil, ese que te lleva a votar lo que no quieres para fastidiar a otro. Gracias a eso, mucha gente de izquierdas de este país se quedará sin representación en el parlamento; y no hablo de capacidad para influir en las decisiones del gobierno, sino de denunciar las políticas perjudiciales para los ciudadanos que se decidan. A partir de ahora, los medios se olvidarán de Izquierda Unida (sarcasmo de nombre) y sólo oiremos a los dos de siempre litigar por el sexo de los ángeles, mientras se ponen de acuerdo en subirnos la presión fiscal, a la vez que siguen reduciendo el tipo máximo en la declaración de la renta (sí, a ver cuando nos enteramos, que pagamos muchos más impuestos indirectos que directos).

Triste, como digo, porque va a ser un parlamento de dos. Los dos monstruos que hemos creado y que se tragarán nuestra democracia, con sutileza, eso sí. Y eso nos llevará a que no habrá debate sobre los temas que nos interesan (bastante perdido ya) y, por tanto, los ciudadanos recibirán más y más propaganda a través de los medios, y menos información.

También triste porque UPyD con trescientos mil votos, sólo tiene un escaño, y el PNV, con algo menos, tiene seis. Que ya he oído a más de uno decir que miremos lo mal que están en Italia por tener una ley electoral que permite minorías (molestas, añado yo). Que viva la estabilidad emanada de la propia dictadura. En fin, que mejor gobernados por dos y de buena familia, como debe ser.

Pero también estoy contento porque cuanto más nos cierren el parlamento, más nos obligarán a salir a la calle (como le sucedió a Felipe González). Cuanto más intente ignorarnos, más nos empujan a unirnos y defendernos. Y me da que los próximos cuatro años van a ser de esos (quizá es lo que buscaban la gente de izquierdas, motivos para salir a la calle).

A pesar de que los resultados muestran que mis preocupaciones sólo las comparte una minoría en este país (cosa que ya sabía), seguiré apostando por una democracia real, en la que nuestras ideas estén representadas con la mayor fidelidad en el parlamento. Y sobre todo, que seamos nosotros, los paganos, quienes controlemos a los gobernantes y no al revés.

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