10.11.08

HISTORIA DE LAS TRIADAS CHINAS



China, el país con más millones de personas en el mundo, es cuna de tradiciones, cultura propia y leyes que asombran a occidente... pueblo respetuoso en apariencia, amable en público, es también uno de los más drásticos a la hora de aplicar castigos ejemplarizantes... también en su forma de vulnerar la ley tienen su propia forma de hacer...



HISTORIA DE LAS TRÍADAS CHINAS

Sociedades secretas chinas. Un británico reclutado por la tríada Sun Lee On describió hace poco el rito iniciático, el cuál fue inducido a participar con veinte indivíduos mas: “en la sala había un altar pequeño con la estatua de un antiguo señor de la guerra chino. Nos dieron una o dos varillas de incienso a cada uno, encendidas. Luego, apagando el incienso despuésde cada fórmula, recitamos 36 juramentos. Nos pusimos en círculo y nos perforaron los dedos mayores con una aguja. Cada uno vertió una gota de sangre en un cuenco con agua. Luego el tazón circuló para que bebiéramos de él.”. Por fin se colocó ante el grupo un huevo en el que aparecía dibujada una cara; todos los iniciados lo apuñalaron, representando el destino de los informadores.

A los recién incorporados se les llama linternas azules, en alusión a los farolillos que tradicionalmente cuelgan en los umbrales de las familias de luto. La ceremonia simboliza la muerte del novicio y su renacimiento como hermano.

A las tríadas de hoy en día les interesa más el dinero que el ritual, que consideran una engañifa para la que una hora es más que suficiente. Originalmente, en China, los ritos duraban tres días, enfundados en túnicas de seda, los aspirantes pasaban entre apretadas filas de miembros “cruzando la montaña de cuchillos” antes de llegar al altar central. Tras la decapitación ceremonial de tres imágenes como muestra de la suerte del traidor, se apretaba fuertemente una espada contra el pecho de cada iniciado. “¿Cuál puede más, la hoja o tu corazón?”, preguntaba el maestro. Luego todos se ponían de pie y recitaban el juramento de lealtad; un conjunto de bambúes hacía difícil mantenerse erguido, y si el iniciado caía hacia delante, podía morir por la espada, al menos teóricamente.

En aquellos tiempos las tríadas tenían fines políticos ligados al nacionalismo chino. La primera fue fundada en 1647 por cinco monjes Fuchou que sobrevivieron a la valerosa resistencia contra la dinastía Manchú. En 1851 la secta cobraría arraigo popular en Hong Kong, después de que fracasara la rebelión de Taiping. En éste período sus intereses se volvieron hacia el delito; tras la revolución de 1911 el general Chiang Kai-Shek le ofrecería un dominio sin límites del submundo chino y un papel destacado en el gobierno.

Hasta 1941 los británicos tuvieron a las Tríadas de Hong Kong controladas; pero entonces los invasores japoneses delegaron en las bandas el manejo de los negocios ilícitos. El trato exigía que los ocupantes destruyeran los archivos policiales de la colonia; acabada la guerra, asociadas con elementos criminales de las tríadas continentales que monopolizaban el comercio de opio en el sudeste asiático, los sindicatos de Honk Kong, estaban perfectamente dispuestos a jugar un papel sobresaliente en el auge de la heroína.

Entretanto, las tríadas se habían infiltrado intensamente en la policía británica de la ciudad. En la década de 1970, una Comisión Independiente contra la Corrupción descubrió que los cinco sargentos chinos del departamento contra las tríadas eran sectarios. Alertados, en 1974. los Cinco Dragones huyeron a Vancouver, donde gastaron a manos llenas y compraron un edificio de 60 millones de dólares pagando en efectivo.

En la actualidad Hong Kong está infestada de tríadas. Sus rubros tradicionales son el vicio, la protección obligatoria, el préstamo y el juego: un negocio que mueve aproximadamente mil millones de dólares y que impregna trámites tan cotidianos como la compra de un coche, el alquiler de un piso o la petición de un permiso para vender alcohol. Los deslumbrantes beneficios arrojados por los narcóticos en las dos últimas décadas permitieron a los sindicatos diversificarse a operaciones legales como la decoración e interiores, los ultramarinos, el alquiler de coches, la hostelería, los casinos y los bancos. Mientras tanto, los ingresos por droga no dejaban de subir.

Comparativamente, la Mafia es poca cosa: si en todos los Estados Unidos tiene, al parecer, 1.700 miembros, se cree que el aparato de las tríadas de Hong Kong consta de 50 bandas con un total de entre 150.000 y 300.000 miembros. Los tiroteos con la policía son cosa de rutina.

El dominio de las tríadas se extiende por un lado hasta el Triángulo de Oro, donde ejércitos privados de hasta 15.000 hombres bien armados protegen la provisión mundial de opio, de rivados (morfina y heroína), y por otro lado, a la Red Internacional de distribución de narcóticos.

Como en 1977 expiró el mandato británico sobre Hong Kong, las Tríadas buscaron un lugar donde establecerse. Se avecinó, pues, un vasto éxodo criminal; incluso la llegada de los chinos honrados a un país da pie a comunidades aptas para la opresión. Es probable que el primer lugar de asentamiento sea San Francisco, ya que a mediados de los años 80 llegaron equipos de avanzada y la ciudad se inundó de chinos y compradores que adquirían grandes propiedades en efectivo. La próxima base parecía ser Nueva York, allí vive la mitad de los 500.000 yonkis norteamericanos; y si se calcula que cada uno de ellos gasta 20.000 dólares en su adicción, el negocio puede rendir hasta los 5.000 millones. Es un mercado jugoso, y las tríadas estaban dispuestas a coparlo. En 1984, el 5 % de la droga consumida en la ciudad llegó del sudeste asiático por cortesía de la conexión china; ahora proviene de allí el 80 %.

Como siempre, Inglaterra está muy por detrás. Sólo hay cuatro bandas, y lo que investiga actualmente la policía es el monopolio del comercio de verduras chinas. Cada día hay más historias de protección, chantaje, préstamos usurarios, y estafas con tarjetas de crédito; en julio de 1992 la policía allanó un burdel londinense manejado por la banda 14K. Las muchachas provenían del sudeste asiático y trabajaban en condiciones poco mejores que la esclavitud.

No hay lugar para la complacencia. Según un comisario de la policía de Hong Kong, “las tríadas son un grupo de sociedades criminales totalmente demarcado. Hemos tardado años en comprender sus bases y desarrollar métodos para combatirlas. Tanto en Canadá y Estados Unidos como en Europa, los sistemas para garantizar la aplicación de la ley llevan 30 años de retraso.”.

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