10.11.08

LA FALSA CULTURA DEL ALQUILER



Recién despertado, y aún sin desayunar en éste sábado, se me ha venido a la cabeza una noticia del telediario de ayer, en la que se nos "acusaba" a los españoles de fomentar poco la "cultura del alquiler"... ya el término me parece ABSURDO... lo que llaman cultura ahora, yo lo llamo riesgo.

VAmos a verlo desde las dos perspectivas: la del arrendador y la del arrendatario.

EL ARRENDADOR:
Ésta es la imagen que se tiene de él:


La imagen de un tío forrado, o que no tiene problemas económicos porque tiene una casa para alquilar... ya empezamos mal, ni tiene por qué ser rico, ni probablemente querrá alquilar la casa, pero no le queda otro remedio si quiere llegar a fin de mes.

El arrendador, al menos en España, suele ser reticente a alquilar su casa, (sí su casa, porque aunque sea su segunda casa, también es su casa)y ¡claro!, no quiere que sufra daños.

Una vez alquilada, comienzan las dudas: si me van a causar destrozos, si me van a pagar a tiempo, si tendré follones al tiempo con los inquilinos, si se meterán ciento y la madre dentro, etc... al fin y al cabo, el arrendador pasa a ser un sufridor, puesto que la mayoría de las veces éste es el que paga la luz y el agua, para luego ir a la puerta de SU CASA a tener que cobrar en mano esas facturas, y siempre con la duda de cuando va a poder cobrarlas. A éste hecho, se une otro muy importante de muchas personas que les supone una gran intranquilidad: sus inquilinos van a usar sus muebles, sillas, sofás y colchones, los platos, las cacerolas... etc... y no a todo le mundo le da igual esa circunstancia. Bien es cierto que siempre pueden alquilar la casa vacía... pero... si es tu segunda casa que has utilizado éstos años para el veraneo o fines de semana, normalmente la tienes amueblada, y si tienes que quitar los muebles para tenerlos en un almacén y alquilar la casa, quizá no te merezca la pena alquilar la casa... total, le vas a sacar cuatro perras, y te comes el trabajo de desmontar la casa entera y pagar el almacén... estás con la intranquilidad de si te pagarán cuando deben o no... los destrozos... etc...

También es cierto que algunas Comunidades Autónomas te "alquilan" tu casa por cinco años, recibiendo tú el importe mensual religiosamente, y haciéndose cargo ellos de encontrar inquilino y pagarte los destrozos que te hagan...

Viene la última cuestión, y no por ello menos espeluznante: ¿y si no quiero alquilarla?, ¡es que es mía, leñe!, y la uso los fines de semana... que para eso la compré o la heredé... ¿de verdad el estado puede llegar a tener el poder de obligarme a alquilarla...?¿por qué?, si yo pago el Impuesto de Bienes Inmuebles, el alcantarillado, la basura, la luz, el agua... y resulta que como me resbale, llegan ellos y me la quitan para alquilarla contra mi voluntad.

Otra cosa que no quiero que se me quede en el tintero... si todos alquilamos casa, ¿quién compra casas para alquilar...?¿ein?. Para que la "cultura del alquiler" (jajaja, vaya término más absurdo) funcione, hace falta antes que exista la "cultura de la compra de casas", ¿no?... pues eso...

EL ARRENDATARIO:


Ésta es su carta de presentación... luego ya veremos (igual que el arrendador... pueden cambiar de cara a la más mínima los dos).

El inquilino, por lo general, busca casa grande, con comodidades, en el centro, por cuatro perras... algo que, lógicamente no va a poder encontrar.

Al final, consigue un pisito "apañado", a diez minutos del centro en coche (realmente más de media hora), y sin servicios públicos cercanos. Cuando lo ha alquilado, descubre que el barrio no es lo que parecía y la situación no es tan idílica como se la pintaron.

Empiezan los problemas... al sentirse engañado (no necesariamente tiene que sentirse así)... que si aquí hay humedad, que si el cableado, que si se ha roto la lavadora, que si... ya estamos en el mal camino...

Es una pérdida de dinero tremenda, puesto que por menos, incluso, que el alquiler, podría pagar una hipoteca que al final hace que la casa sea suya... pero las circunstancias de no poder dar entrada, o que la casa que quiere no puede acceder a ella por el precio, le hacen estar un tiempo viviendo de alquileres.

Tarde o temprano, arrendador y arrendatario están inevitablemente destinados a encontrarse en un juzgado o a acabar enfadados (no siempre, pero casi).

Bien es cierto que el estado ahora les da doscientos diez euros a los inquilinos para ayuda del pago del alquiler... ¿más impuestos para los que pagamos?; además, medida del todo insolidaria, y me atrevería a decir que hasta casi anticonstitucional, puesto que discrimina por razón de edad... esa ayuda es para personas de entre veintidos y treinta años... ¿será que cuando pasas de treinta años ya no tienes gastos, ni hijos, ni coche, ni nada de nada...?

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